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PENSAMIENTO DE ESTHER CHÁVEZ CANO

La voz de la mujer es un reflejo de su condición sobre la tierra. El aire resuena en un pecho más pequeño, hace vibrar unas cuerdas vocales más pequeñas y produce un tono más alto, más delgado, que necesita el doble de energía, el doble de intensidad para producirse que la del hombre.

La voz de la mujer llega lejos. Levanta y hace caer personas; levanta y hace caer familias; levanta y hace caer naciones. La voz de la mujer es la primera que escuchamos al nacer, y la última que nos acompaña a la hora de la muerte. Sin ella, no puede escribirse la compleja sinfonía de la experiencia humana.

He caminado por muchos senderos, en los que he encontrado muchas otras voces, de mujeres y de hombres, que me han enseñado a respetar y a defender la dignidad de las mujeres, como la mejor forma de respetar y defender la dignidad del género humano.

Así aprendí a gritar por las que no podían, a caminar con las que marchaban, a ayudar en la medida de mis posibilidades a las que lo necesitaban, y a llorar muchas veces por y con tantísimas mujeres, niñas y niños cuyas voces y cuyas vidas han sido y son aplastadas por la impunidad en nuestro estado y en nuestro País.

En febrero de 1999 abrimos Casa Amiga y en 2003 el primer refugio para víctimas de violencia doméstica. Nuestros servicios son gratuitos, profesionales y confidenciales.

Brindamos atención psicológica y asesoría legal a las personas que sobreviven a cualquier tipo de violencia. Contamos además con un amplio programa preventivo que abarca a menores de edad, mujeres y hombres, a quienes por medio de teatro guiñol, pláticas y talleres, los sensibilizamos sobre los efectos de la violencia dentro o fuera del hogar, provocada por una cultura patriarcal que luchamos por erradicar.

El trabajo que nos queda por hacer es mucho, el camino por delante es largo y arduo, pero llega el momento de que mi voz se apague para que se escuchen nuevas voces que lleven adelante la causa de las mujeres, que como dije, es también la causa de los hombres, porque es la causa de una sociedad más justa, más democrática.

Muchas gracias,

Esther Chávez Cano

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